Nuevas áreas de investigación
El Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA, por sus siglas en inglés), el cual forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), es la agencia federal líder en la investigación sobre la enfermedad de Alzheimer. Los científicos auspiciados por el NIA están realizando pruebas con varios medicamentos para ver si previenen la enfermedad de Alzheimer, hacen más lento el avance de la enfermedad o ayudan a reducir sus síntomas. Algunas ideas que pueden parecer prometedoras resultan de poco o ningún beneficio cuando se evalúan cuidadosamente durante un estudio clínico. Los investigadores realizan estudios clínicos para determinar si los tratamientos que parecen prometedores en los estudios de observación y en los estudios con animales no conllevan peligro y son eficaces en las personas.
Deterioro cognitivo leve. En años recientes, los científicos se han concentrado en un tipo de cambios de la memoria llamado deterioro cognitivo leve (MCI, por sus siglas en inglés). El MCI es diferente tanto de la enfermedad de Alzheimer como de los cambios normales de la memoria asociados con la edad. Las personas con MCI tienen problemas constantes de la memoria, pero no experimentan otras pérdidas como confusión, problemas de atención y dificultades con el lenguaje. En un estudio sobre el deterioro de la memoria patrocinado por el NIA—Memory Impairment Study—se compararon los efectos del donepezil, la vitamina E y los placebos entre participantes con MCI, para observar si los medicamentos podrían retrasar o prevenir que el MCI llegara a convertirse en Alzheimer. El estudio descubrió que el grupo con MCI que tomaba el medicamento donepezil disminuyó el riesgo de desarrollar Alzheimer durante los primeros 18 meses de un estudio de 3 años, cuando se comparó con el de sus homólogos que tomaban placebos. La disminución del riesgo de desarrollar un diagnóstico de Alzheimer a partir del MCI en los participantes que tomaban donepezil desapareció después de 18 meses y, al final del estudio, la probabilidad de avance de la enfermedad era la misma para los dos grupos. La vitamina E no tuvo efecto alguno durante el transcurso del estudio cuando se le comparó con el placebo.
Neuroimágenes. Los científicos están descubriendo que el daño a partes del cerebro relacionadas con la memoria, como el hipocampo, pueden observarse a veces en gammagrafías cerebrales antes de que se presenten los síntomas de la enfermedad. Una iniciativa de carácter público y privado del NIA para el uso de neuroimágenes en el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer llamada Neuroimaging Initiative o ADNI, por sus siglas en inglés, es un estudio amplio que tiene el objetivo de determinar si la imagen de resonancia magnética (MRI) y la tomografía por emisión de positrones (PET) u otros marcadores biológicos o de diagnóstico por imagen, pueden detectar cambios tempranos de la enfermedad de Alzheimer o medir el avance de la misma. Este proyecto está diseñado para ayudar a acelerar los estudios clínicos y descubrir nuevas formas de determinar la eficacia de los tratamientos. Para obtener más información sobre la iniciativa ADNI, llame al Centro de Educación y Referencia sobre la Enfermedad de Alzheimer (Alzheimer’s Disease Education and Referral Center o ADEAR, por sus siglas en inglés) del NIA al 1-800-438-4380 o visite la página: www.alzheimers.nia.nih.gov/imagine (en inglés). El servicio tiene personal disponible para responder en español a las llamadas telefónicas.
Factores genéticos. El NIA está patrocinando el Estudio Genético sobre la Enfermedad de Alzheimer (AD Genetics Study) para saber más sobre los factores de riesgo genético de contraer la enfermedad de Alzheimer de aparición tardía. Para participar en este estudio, las familias con dos o más hermanos vivos diagnosticados con Alzheimer deben comunicarse con el Banco Nacional de Cultivos Celulares de la Enfermedad de Alzheimer (National Cell Repository for AD) al teléfono gratuito 1-800-526-2839. El servicio tiene personal disponible para responder en español a las llamadas telefónicas. También se puede solicitar información a través del sitio web del estudio en: http://ncrad.iu.edu (en inglés).
Inflamación. Existe evidencia de que la inflamación en el cerebro puede contribuir al daño causado por la enfermedad de Alzheimer. Algunos estudios han indicado que medica-mentos como los fármacos anti-inflamatorios no esteroideos (NSAID) podrían ayudar a hacer más lenta la evolución de la enfermedad, pero hasta ahora estos beneficios no se han reflejado en los estudios clínicos realizados. Un estudio clínico que evaluó dos de estos medicamentos, el rofecoxib (Vioxx) y el naproxeno (Aleve) demostró que éstos no retrasan la evolución de la enfermedad en personas que ya la tenían. Otro estudio, que buscaba determinar si el celecoxib (Celebrex) y el naproxeno podrían prevenir Alzheimer en personas mayores saludables y con riesgo de la enfermedad, ha sido suspendido. Sin embargo, los investigadores todavía hacen seguimiento a los participantes y examinan datos relacionados con un posible riesgo cardiovascular. Los investigadores continúan buscando formas de determinar cómo otros medicamentos anti-inflamatorios podrían afectar el desarrollo o la evolución de la enfermedad de Alzheimer.
Antioxidantes. Hace varios años, un estudio clínico demostró que la vitamina E hacía más lenta la evolución de algunas consecuencias de la enfermedad de Alzheimer por un tiempo aproximado de 7 meses. Estudios adicionales están investigando si los antioxidantes, las vitaminas E y la C, pueden hacer más lenta la progresión de la enfermedad de Alzheimer. Otro estudio clínico está examinando si la vitamina E y los suplementos de selenio pueden prevenir esta enfermedad o la disminución de las funciones cognitivas, y se planea hacer o se están realizando estudios adicionales sobre otros antioxidantes.
Ginkgo biloba. Estudios iniciales parecían indicar que los extractos de las hojas del árbol de ginkgo biloba podrían ser de alguna ayuda en el tratamiento de los síntomas de Alzheimer. No hay evidencia todavía de que el ginkgo biloba puede curar o prevenir la enfermedad de Alzheimer, pero los científicos están tratando ahora de descubrir en un estudio clínico si esta planta puede retrasar la disminución de las funciones cognitivas o prevenir la demencia en las personas de mayor edad.
Estrógeno. Algunos estudios han indicado que el estrógeno utilizado por las mujeres para tratar los síntomas de la menopausia también protege el cerebro. Los expertos también se han preguntado si el uso de estrógeno podría reducir el riesgo de Alzheimer o hacer más lenta la evolución de la enfermedad. Sin embargo, los estudios clínicos realizados para evaluar la función del estrógeno, no han demostrado que éste pueda hacer más lenta la progresión de la enfermedad de Alzheimer ya diagnosticada. Un estudio descubrió que las mujeres mayores de 65 años de edad que usaban estrógeno con progestina corrían un mayor riesgo de demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer, y que las mujeres de mayor edad que utilizan sólo estrógeno podrían también aumentar la posibilidad de desarrollar demencia.
Los científicos creen que se necesitan más investigaciones para determinar si el estrógeno puede jugar algún papel en la enfermedad de Alzheimer y les gustaría saber si iniciar la terapia con estrógenos alrededor de los años de la menopausia, en vez de a los 65 años de edad o más, protegería la memoria o prevendría esta enfermedad.
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