miércoles, 2 de mayo de 2007

El cerebro cambiante de la enfermedad de Alzheimer

Nadie sabe exactamente qué hace que comience el proceso de la enfermedad de Alzheimer o por qué algunos de los cambios normales asociados con el envejecimiento se vuelven más extremos y destructivos en los pacientes con la enfermedad. Sí conocemos mucho, sin embargo, acerca de lo que sucede en el cerebro una vez que el Alzheimer se afianza y sobre los cambios físicos y mentales que ocurren con el transcurso del tiempo. El tiempo que transcurre entre el diagnóstico y la muerte varía—desde 3 años si el paciente tiene más de 80 años cuando es diagnosticado, hasta 10 años o más si el paciente es más joven. Aunque el curso de Alzheimer no es el mismo en todos los pacientes, los síntomas se desarrollan generalmente en las mismas etapas.















Estudio TEP* de un cerebro normal













Estudio TEP* de un cerebro con Alzheimer
* Tomografía por emisión de positrones, o PET Scan en inglés


Alzheimer pre-clínico
El Alzheimer empieza en la corteza entorinal ubicada cerca del hipocampo y con conexiones directas a éste. Luego procede al hipocampo, estructura esencial para la formación de los recuerdos a corto plazo y a largo plazo. Las regiones afectadas empiezan a atrofiarse (encogerse). Estos cambios cerebrales probablemente comienzan 10 a 20 años antes de que cualquier señal se haga evidente y aparezcan los síntomas. La pérdida de la memoria, la primera señal visible, es la característica principal de la deficiencia cognitiva leve (mild cognitive impairment, o MCI, por su sigla en inglés) (para más información refiérase a la sección Criterios para determinar una ‘probable’ enfermedad de Alzheimer). Muchos científicos piensan que la deficiencia cognitiva leve es una fase inicial y transitoria entre el envejecimiento normal del cerebro y la enfermedad de Alzheimer.
(Haga clic en la imágen para verla más grande)
Alzheimer leve
A medida que la enfermedad empieza a afectar la corteza cerebral, la pérdida de la memoria continúa y surgen cambios en otras capacidades cognitivas. El diagnóstico clínico de la enfermedad de Alzheimer se hace generalmente durante esta etapa. Las señales del Alzheimer leve incluyen:
Pérdida de la memoria
Confusión acerca de la ubicación de lugares familiares (perderse es el primer paso)
Demora en realizar las tareas diarias
Dificultad para manejar dinero y pagar cuentas
Juicio deficiente que lleva a tomar decisiones erróneas
Pérdida de la espontaneidad y del sentido de iniciativa
Cambios en el estado de ánimo y de la personalidad, aumento de la ansiedad

El creciente número de placas y nudos primero daña las áreas del cerebro que controlan la memoria, el lenguaje y el razonamiento. No es hasta en etapas posteriores de la enfermedad que las capacidades físicas decaen. Esto conduce a una situación en el tipo de Alzheimer leve en donde una persona parece estar sana, pero en realidad tiene cada vez más dificultades para comprender el mundo que la rodea. La comprensión de que algo está mal a menudo viene de manera gradual porque las señales precoces de la enfermedad pueden ser confundidas con cambios que suceden de manera normal con el envejecimiento. La aceptación de estas señales y la decisión de someterse a pruebas de diagnóstico pueden ser un obstáculo grande para los pacientes y las familias.




Alzheimer moderado
En esta etapa, el daño del Alzheimer se ha difundido aún más hacia las áreas de la corteza cerebral que controlan el lenguaje, el razonamiento, el procesamiento sensorial y el pensamiento consciente. Las regiones afectadas siguen atrofiándose y las señales y los síntomas de la enfermedad se tornan más pronunciados y generalizados. Podrían llegar a presentarse problemas de comportamiento, como la deambulación o vagabundeo y la agitación. La supervisión y atención más intensiva se vuelven necesarias, y esto puede ser difícil para muchos cónyuges y familias. Los síntomas de esta etapa pueden incluir:
Aumento de la pérdida de la memoria y confusión
Períodos más cortos de concentración
Problemas para reconocer a los amigos y a los miembros de la familia
Dificultades con el lenguaje; problemas para leer, escribir, trabajar con números
Dificultad para organizar pensamientos y pensar lógicamente
Incapacidad para aprender cosas nuevas o a hacer frente a situaciones nuevas o inesperadas
Inquietud, agitación, ansiedad, constantes ganas de llorar, vagabundeo (deambulación)—especialmente en la tarde o en la noche
Afirmaciones o movimiento repetitivos, contracciones musculares ocasionales
Alucinaciones, falsas ilusiones, suspicacia o paranoia, irritabilidad
Pérdida de control de los impulsos (expresada a través de malos modales en la mesa, desvestirse en momentos o lugares inapropiados, o usar un lenguaje vulgar)
Problemas de percepción motora (dificultades para levantarse de una silla o poner la mesa).

El comportamiento es el resultado de procesos cerebrales complejos que tienen lugar en una fracción de un segundo en un cerebro sano. En la enfermedad de Alzheimer, muchos de estos procesos están perturbados y esto da lugar a comportamientos angustiantes o inapropiados. Por ejemplo, una persona puede enojarse y rehusar a bañarse o vestirse porque no comprende lo que la persona que lo cuida le está pidiendo que haga. Y si comprende, no puede recordar cómo hacerlo. La ira es una forma de ocultar su confusión y ansiedad. O, una persona con Alzheimer puede seguir constantemente a su esposo o a la persona que lo cuida e inquietarse cuando la persona no está cerca. Para una persona que no puede recordar el pasado o prever el futuro, el mundo que la rodea puede volverse extraño y hasta peligroso. Mantenerse cerca de la persona que los cuida o de un familiar quizá sea la única cosa que tiene sentido y le proporciona seguridad. Quitarse la ropa puede parecer razonable para una persona con Alzheimer si por ejemplo tiene calor y no comprende ni recuerda que desvestirse en público no es aceptable.


Alzheimer severo
En la última etapa de Alzheimer, las placas y los nudos están esparcidos por todo el cerebro y algunas áreas del cerebro se han atrofiado aún más. Los pacientes no pueden reconocer a la familia y a los seres queridos ni comunicarse de ninguna forma. Dependen completamente de otras personas. Todo el sentido de la personalidad propia parece desaparecer. Otros síntomas pueden incluir:
Pérdida de peso
Crisis convulsivas, infecciones de la piel, dificultad para tragar
Gemidos, lamentaciones, o gruñidos
Aumento de las horas de sueño
Falta de control de la vejiga y del intestino

Al final, los pacientes pueden estar en cama mucho o todo el tiempo. La mayoría de las personas con Alzheimer muere de otras enfermedades, con frecuencia neumonía de aspiración. Este tipo de neumonía sucede cuando una persona no es capaz de tragar adecuadamente y los alimentos o los líquidos son llevados por la respiración a los pulmones.
















Las zonas en azul indican las áreas afectadas en las varias etapas de la enfermedad de Alzheimer.

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